A veces llega temprano
Cuando el otoño no terminó de marchitar un amor de verano
Y te encuentra algo difuso entre una siesta y un mate algo lavado
El viento helado pasa por debajo de tu puerta y remueve las cenizas de los recuerdos
Sin darte cuenta, reemplazás el mate por un café para despavilarte, para sentirte despierto, para sentirte más acá
Y no tan allá donde duele, donde quisiste, donde olvidaste
¡Y mirá que quisiste mucho!
Porque nadie se banca el frío por un abrazo tibio en plena madrugada
Nadie se soporta idas y vueltas con tal de acariciar una sonrisa al final del día.
Te sacudís un poco, te frotás los ojos y mirás por la ventana a ver si no es una tormenta pasajera
Y no es...
Es ese clima de desasosiego que te tumba en la cama boca abajo y no te permite más que añorar
El ensueño interminable de imágenes sensoriales con nombre y apellido
Todas las metáforas que usaste para hacer de cuenta que no te tenía entre sus manos
Las horas y los días que evadiste un te amo para reemplazarlo por mezquindades de aprecio desinteresado
Hoy, lejos de todo, el gélido recuerdo te plantea las mismas preguntas
Y ahí estás batiendo una taza de café a ver si corre un poquito ese nudo en la garganta
Y no se va a ir
No se va a ir por lo menos este invierno.