Hay un niño que viene a visitarme
hace años jugábamos a la pelota
en el portón de la casa de mis padres
hoy el juega contra la derrota.
No sabe rendirse, es bastante terco,
ese niño era el mejor que conocí
en el fútbol o jugando al ajedrez
lo sabía porque nunca lo vencí.
Viene a visitarme y merendamos
porque a veces juntos somos niños,
el tiempo no pasó desde hace años
como antes, hoy, volvemos a reírnos.
Me gusta mucho verlo cada tanto,
me recuerda lo que soy, de dónde vengo,
contamos las mismas historias,
las mismas, que vivimos hace tiempo.
Me dice primo sin haber lazos sanguíneos,
me dice te quiero y a veces ni charlamos,
es una amistad que crece con la nada,
pero que igual, cada tanto, nosotros la regamos.
Me gusta verlo porque es un ser querido
y con él siento que el tiempo nunca pasa
como cuando el verano acariciaba el río
y el arco de fútbol era aquel portón de casa.